Las islas griegas

Miconos, Santorini, Creta... tantos y tantos nombres que se suceden en el imaginario de todos como increíbles escenarios de postal. Las Cícladas, Miconos y Santorini dan a conocer sus paisajes de infarto. Miconos hace gala de sus playas de aguas de un magnífico azul turquesa, sus casas blancas, sus ganas de pasarlo bien y su acertada idea del arte de saber vivir. En Santorini, una isla volcánica espectacular, las vistas panorámicas son sobrecogedoras. La caldera y sus acantilados tan altos y tan rojizos casi le producirán vértigo. De Oia a Fira, los pueblos presentan los colores del arco iris y las iglesias ortodoxas de cúpulas esféricas en las que predominan el blanco y el azul son los emblemas divinos de la isla. Más al sur, Creta, la mayor de las islas griegas, es un tranquilo paraíso donde aún reina el espíritu del legendario monarca, Minos. Los olivares hasta el infinito, los pequeños puertos pesqueros a lo largo de las costas o las pequeñas calas secretas son una maravilla y constituyen el escenario ideal para una estancia de ensueño.